La ESA y la NASA deciden cuál será el destino de la próxima gran misión espacial, en la que buscarán vida extraterrestre
En una esquina, los lagos de metano de Titán y su compleja atmósfera, única entre las lunas del Sistema Solar. En la otra, Europa, que con su océano subterráneo de agua líquida, es uno de los mundos conocidos con más posibilidades de poder albergar vida. En los próximos días, los dirigentes de las agencias espaciales europea y estadounidense, la ESA y la NASA, decidirán qué destino tendrá la próxima gran misión a los planetas exteriores. En juego, más de 3.000 millones de euros .
Hace poco más de una década, los satélites helados de Júpiter y Saturno lo habrían tenido complicado para competir con el atractivo de un destino como Marte. La situación cambió gracias a las sondas Cassini y Galileo.
En sus ocho años de estudio del sistema jupiterino, Galileo se aproximó por primera vez a Europa y desveló un secreto que el satélite custodiaba bajó su superficie. Una anomalía magnética detectada por los instrumentos de la sonda indicaba que bajo la cáscara de hielo había un gran océano de agua líquida.
También en la órbita de Júpiter, Galileo estudió la luna Ganímedes, el mayor satélite del sistema solar. Descubrió que, a diferencia del resto de lunas conocidas, tenía campo magnético y, como sucede con Europa, contenía un océano bajo su superficie. La búsqueda de vida extraterrestre había ganado dos nuevos candidatos que añadir al eterno Marte.
El ascenso de Saturno
A principios de esta década, Galileo había convertido a Europa y el sistema jupiterino en las jóvenes promesas del Sistema Solar. Sin embargo, Cassini, otra sonda bautizada en honor a un astrónomo italiano, colocó el foco de atención sobre Saturno. Y junto a él, sus lunas. En 2005, Huygens, una sonda aterrizadora que viajaba acoplada a Cassini, descendió sobre Titán. Sus imágenes y medidas descubrieron un mundo con similitudes a la Tierra primitiva, con montañas y canales moldeados por el metano líquido. Este hidrocarburo, que algunos organismos utilizan como alimento en la Tierra, hacía las veces de agua en Titán. Huygens llegó a recoger lluvias de metano en la luna de Saturno. Además de Titán, Cassini lanzó al estrellato a Encelado, una pequeña luna con potentes columnas de vapor de agua que apuntaban a una posible reserva de este líquido vital en las entrañas del satélite.
Con estas credenciales, los diseños de las misiones con destino a Júpiter y a Saturno se presentan al escrutinio de equipos independientes de ingenieros y científicos que decidirán, en un proceso competitivo sin precedentes, qué proyecto se hará realidad.
Olga Prieto, coordinadora de un grupo del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) que participa en el diseño de ambos proyectos cree que las dos misiones tienen un gran interés: "Europa, como satélite con ambientes potencialmente habitables, y Titán, porque tiene una química muy orgánica y porque se pueden hacer comparaciones con la Tierra primitiva en cuanto a las reacciones que se puedan dar en la atmósfera". En Europa, el agua líquida del océano subterráneo está en contacto con la roca que aportaría nutrientes a los microorganismos. En Titán, la existencia de vida es menos probable, pero las condiciones atmosféricas son similares a las de la Tierra antes de que saltase la chispa de la vida. La luna de Saturno podría convertirse en un laboratorio para comenzar a comprender de dónde venimos.
Los medios toman partido
A pocos días de la decisión, algunos medios poderosos ya han tomado partido. Tanto BBC, en un documental, como Nature, con un editorial, piden el voto por Titán. Es posible, que, como sucede en política, la fotogenia haya ayudado al candidato saturnino. Frente a la misión a Europa y Ganímedes, que prevé enviar una sonda orbital a cada una de las lunas, el proyecto de Titán incluye, además de una sonda de este tipo, un globo aerostático que estudiaría la atmósfera del satélite y un aterrizador que se posaría sobre uno de los lagos de metano. Este último artefacto chuparía el hidrocarburo titánico en busca de evidencias de la existencia de química orgánica organizada.
Además, los directores científicos de la NASA y la ESA, Edward Weiler y David Southwood, también han mostrado sus preferencias. El estadounidense no se corta. "Simplemente, tengo preferencia por Titán", dice. Southwood reconoce que la luna de Saturno cuenta con su favor y en una entrevista reciente en Público llegó a asegurar que la llegada a Titán de la sonda Huygens fue el mejor momento de su vida.
Pese a que, en estos momentos Europa, puede ser el mundo conocido con más posibilidades de contener vida extraterrestre, llegar hasta ella requeriría aterrizar sobre el satélite para arañar su superficie helada y tomar muestras. La tecnología necesaria es demasiado cara. "Para estudiar el hielo es probable que fuese necesario fundirlo, y como Europa no tiene atmósfera, ese hielo derretido se sublimaría", explica Prieto, señalando una de las complicaciones del estudio del satélite de Saturno. "Estamos acostumbrados a trabajar en otras condiciones, pero tampoco es fácil llevar hasta allí la carga que suponen el globo, el lánder y el orbitador que estudiarán Titán", añade.
En un último empujón para la misión a Europa, la agencia espacial rusa ha propuesto que si es este proyecto el elegido, aportará una sonda capaz de aterrizar sobre su superficie. Aunque se trata de una propuesta esquemática, según explica Prieto, "los rusos proponen utilizar parte de la instrumentación que iría a ExoMars [una misión que la ESA pretende enviar a Marte]". El próximo 12 de febrero se reunirá el comité encargado de decidir cuál es la misión elegida.
Por: Mediavilla, Daniel
Fuente: Publico