martes, 24 de febrero de 2009

El cometa Lulin 'se acerca' a la Tierra

Discutían hoy entre dos periodistas amigos si era correcto hablar de "acercamiento" a la Tierra cuando la mínima distancia a la que se llega es de 61 millones de kilómetros. Venía esto a cuenta de que el martes 24 de febrero de 2009 se produce el máximo acercamiento a la Tierra del cometa Lulin

La noticia, realmente, es que volvemos a tener un cometa que podemos observar en el cielo sin dificultad (aunque en este sentido el Lulin no da para mucho, a pesar de que en las últimas semanas ha ido aumentando de brillo considerablemente). La noticia es que la astronomía siempre sorprende, y que un cometa en el cielo, lejos de provocar malos augurios, nos presenta historias curiosas, entretenidas y, sobre todo, un espectáculo siempre bello.

Se puede leer en Ciencia@NASA la narración del descubrimiento de este cometa hace dos años, el C/2007 N3 (Lulin). Normalmente los cometas llevan el nombre de su descubridor (o codescubridores, raras veces más de tres, según se les haya dado crédito en la Unión Astronómica Internacional, que coordina las alertas astronómicas), aunque a veces, en algunos telescopios u observatorios hay costumbre de dar un nombre común, el del propio centro de investigación. Esto es lo que pasa con el Lulin.

El Observatorio Lulin está en Taiwán, y con uno de sus telescopios colaboran en un proyecto internacional de observación de objetos cercanos a la Tierra (TAOS). El descubrimiento se hizo con imágenes tomadas en Taiwán, pero lo hizo un aficionado a la astronomía y estudiante universitario en China, pero en la China continental. Todo un ejemplo de que a veces la astronomía salta las fronteras más allá de lo habitual.

El cometa resulta además curioso: es no periódico, es decir, este acercamiento no se repetirá y el cometa acabará escapándose de la zona interna del sistema solar. El pasado 10 de enero pasó por el punto de su órbita parabólica más cercano al Sol, el perihelio, y el día 24 de febrero se coloca a 61 millones de kilómetros de la Tierra, ese máximo acercamiento que, como decía al principio, genera cierto comentario, porque no es que sea una distancia pequeña: es 0,4 veces la distancia de la Tierra al Sol, o la distancia a la que se coloca Marte cuando cada dos años se acerca a nuestro planeta. Vamos, que está lejísimos.

Otra de las curiosidades del Lulin es el color verdoso de su coma (la cabellera o envoltura gaseosa del cometa, formada por gases que se subliman del núcleo del cometa, un conglomerado de roca y hielo que se activa con la luz solar). Eso se debe a la presencia de cianógeno y carbono molecular, dos gases que presentan ese colorido. En el último mes, ese cometa ha presentado además alteraciones de su cola, que se interpretan como posibles cambios en la formación de las colas debido a alteraciones del campo magnético que lleva el viento solar (el 4 de febrero pareció perder una cola, aunque luego la ha regenerado). Además, pueden producirse fragmentaciones en el núcleo, de manera que en ciertos momentos se vierte más material al espacio.

La coma tiene un tamaño similar al de Júpiter, pero la cola tiene millones de kilómetros de longitud y está producida por el efecto de la presión de la luz solar y por el viento solar, que arrastran esas partículas y las alejan del cometa. En Observatorio.info tenemos la bellísima imagen a alta resolución de esas colas del cometa Lulin de hace unos días. Como se explica ahí, el cometa presenta una "anticola" (una eyección de gases en la dirección del Sol), además de una cola de gas ionizado y otra de polvo, algo habitual en los cometas, aunque en este caso no se aprecie sin telescopio.

Una curiosidad típica de los cometas: aunque muy a menudo nos los presentan en el cine como una especie de cabellera de una motorista al viento, realmente la dirección de la cola de un cometa indica, aproximadamente, la dirección contraria del Sol, que es de donde viene la luz y las partículas que crean ese arrastre. Algo que ya comentó Pedro Apiano en el siglo XVI pero que, ya saben, es parte del conocimiento reservado a unos pocos, y desde luego no a los asesores de los films.

Para observar al Lulin estas noches lo tenemos sencillísimo, aunque no sea muy brillante, porque Lulin está muy cerca en la bóveda celeste, de Saturno, sobre la constelación de la Virgen. Así que basta con encontrar al planeta de los anillos y ahí al lado está el cometa. No muy brillante, así que mejor si tenemos unos binoculares. En cualquier caso, podemos encontrar en Internet diversos sitios con información y cartas de localización.

Por: Armentia, Javier uente: EL MUNDO