miércoles, 25 de febrero de 2009

Dos satélites vigilarán el limbo gravitatorio

Son una especie de remansos gravitatorios. La intersección de las fuerzas de varios cuerpos celestiales hace que la gravedad se cancele y convierte estos puntos en lugares plácidos donde todo tipo de objetos puede acumularse. Se trata de los puntos de Lagrange

Entre los asociados a la gravedad terrestre, L4 y L5 son dos grandes espacios a 150 millones de kilómetros de la Tierra y sobre su misma ruta alrededor del Sol, uno por delante de la posición del planeta y otro por detrás.

La estabilidad de estas regiones del espacio facilita que algunos objetos estelares se hayan podido acumular allí, desde asteroides hasta nubes de polvo cósmico. Se ha llegado a especular con la posibilidad incluso de que un planeta desconocido se hallase escondido en una de esas regiones. Ahora, según anuncia New Scientist en su número de esta semana, los científicos van a tener la posibilidad de resolver algunos de los misterios que se pueden ocultar en L4 y L5. La idea consiste en emplear dos satélites que van a atravesar estos puntos de Lagrange. Las sondas gemelas STEREO A y B estudian las tormentas solares siguiendo la órbita terrestre, una por delante de nuestro planeta y la otra por detrás. Los investigadores utilizarán dos de sus instrumentos, que dejarán por un momento su vigilancia del Sol y se dedicarán a buscar asteroides.

Asteroides aparcados
Richard Gott, de la Universidad de Princeton, cree que si se encontrase un objeto de tamaño considerable en una de estas regiones sería necesario tomar medidas para evitar el peligro de una colisión. Según él, un tirón gravitatorio de Venus, por ejemplo, podría sacar al asteroide de su remanso lagrangiano y ponerlo en una trayectoria de colisión con la Tierra. Josep María Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) no cree que esta región sea una fuente de asteroides especialmente peligrosos para la Tierra. "La velocidad relativa para que uno de estos objetos sea una amenaza debe ser elevada, y no es probable que un objeto con estas características proceda de uno de estos puntos", afirma. Una opinión similar tiene David Barrado, físico del Laboratorio de Astrofísica Espacial y Física Fundamental (INTA-CSIC). "Los objetos que se encontrasen allí serían muy pequeños", apunta. "Además, al estar en una órbita estable no tendrían peligro", añade.

El origen de la Luna
El mayor interés de los objetos que se puedan hallar en L4 y L5 es de tipo geológico. Una de las teorías más extendidas sobre la formación de la Luna explica su origen por el choque contra la Tierra de un planeta del tamaño de Marte. Los objetos que se encontrasen allí podrían ser restos de aquel cataclismo y serían una fuente importante de información sobre la época en que se formó el mundo.

"Se podría encontrar un fósil de hace 5.000 millones de años, que se habría mantenido inalterado desde entonces", explica Barrado. "Además, desde el punto de vista de los requerimientos energéticos es un lugar accesible para enviar una sonda que estudiase el objeto", asegura.

El estudio isotópico de una roca encontrada en alguno de los puntos lagrangianos podría confirmar la teoría según la cual fue allí donde poco a poco se formó el planeta que acabaría chocando contra la Tierra y arrancándole de un bocado el material con el que después se formó la Luna.

Por: Mediavilla, Daniel Fuente: PUBLICO