lunes, 26 de octubre de 2009

Que la Tierra no se caliente cuatro grados

Los expertos en cambio climático ya dan por seguro que las temperaturas aumentarán dos grados y creen que la lucha debe centrarse en evitar que se llegue a los cuatro a final del siglo XXI, como predice la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office)

Podría ocurrir incluso hacia 2060 o 2070 si no se reducen pronto las emisiones de gases de efecto invernadero, alertó ayer con un informe presentado en Oxford. Ese ascenso de la temperatura podría poner en riesgo el abastecimiento de agua potable a la mitad de la población mundial. "La gente dirá que es un escenario extremo, y lo es, pero también es un escenario probable si no se toman medidas drásticas", dijo el doctor Richard Betts, jefe de Impacto Climático del Centro Hadley y autor del informe.

El estudio fue presentado en una conferencia que reúne a más de 130 expertos para analizar cuáles serían las consecuencias de un incremento de más de dos grados en las temperaturas de la Tierra. Elaborado por el Hadley Center, un centro de la Met Office especializado en estudiar el cambio climático, el estudio se ha realizado por encargo del Ministerio británico de Energía y Cambio Climático. Su titular, Ed Miliband, lleva semanas alertando del peligro de que no se alcance un acuerdo mundial de reducción de emisiones en diciembre próximo en Copenhague.

Un aumento medio de cuatro grados significa que las temperaturas subirían mucho más en algunas zonas. En el Ártico, por ejemplo, podrían crecer hasta 15,2 grados, y en el África occidental y algunas regiones del sur, 10 grados, provocando grandes sequías. Todos los modelos informáticos pronostican reducciones de lluvias de hasta el 20% en esas zonas de África y en América central, el Mediterráneo y partes de Australia. En otras zonas, como por ejemplo India, las lluvias pueden aumentar un 20% o más, provocando así un aumento del riesgo de inundaciones.

"Todos esos impactos pueden tener enormes consecuencias para el suministro de alimentos, el acceso al agua potable y la salud", según Richard Betts. "Sin embargo, es posible evitar esos peligrosos aumentos del nivel de las temperaturas cortando las emisiones de gases de efecto invernadero. Si llegan a su cota más alta en el próximo decenio y luego se reducen rápidamente, puede ser posible evitar al menos la mitad de esos cuatro grados de calentamiento", añadió Betts.

Por: Walter Oppenheimer Fuente: El País

Francesco Pepe: "Detectar vida fuera del Sistema Solar sería sólo el principio"

El suizo Francesco Pepe, cazador de exoplanetas, ha hallado la menor de las supertierras conocidas

Hallar vida en un planeta exterior al Sistema Solar (o exoplaneta) sería uno de los mayores hitos de la ciencia. Aunque, más que una meta, sería un punto de partida, según los 200 expertos que se citaron recientemente en CosmoCaixa, en Barcelona, para celebrar el congreso Senderos hacia planetas habitables.

El evento ha servido a los científicos para estudiar nuevas estrategias en la búsqueda de su objetivo: encontrar exoplanetas situados a la distancia adecuada de su estrella, y que sean capaces de albergar agua líquida en la superficie y, posiblemente, vida.

Uno de los grupos de investigación candidatos a anunciar este esperado descubrimiento es, seguramente, el de Michel Mayor y Didier Queloz, del Observatorio de Ginebra (Suiza), los padres del primer exoplaneta descubierto en 1995. En estos 15 años, dicho grupo se ha confirmado como uno de los más prolíficos en esta disciplina. El mérito también se debe al fichaje, en 1998, del astrónomo Francesco Pepe, hoy científico titular del mismo observatorio.

Nuevos instrumentos

Hijo de italianos, Pepe (Olten, Suiza, 1968) ha liderado, entre otros, el desarrollo del instrumento HARPS (siglas en inglés de Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión), instalado en el Observatorio de La Silla (Chile) que, hasta la fecha, ha realizado los hallazgos más impactantes en la detección de exoplanetas.

Actualmente, Francesco Pepe es responsable de otro instrumento de altísima calidad en fase de desarrollo, PRIMA, para la identificación de sistemas solares parecidos al nuestro a través de la astrometría. "PRIMA será tan preciso que podrá observar un desplazamiento de dos centímetros de un pedrusco en la superficie de la Luna", afirma Pepe. "Es fácil entender lo útil que nos resultará en la caza de sistemas planetarios".

El descubrimiento del primer exoplaneta "cambió la manera de mirar al cielo", asegura el astrónomo italo-suizo. Desde entonces, el estudio de estos cuerpos celestes ha dado pasos de gigante, gracias a técnicas de observación cada vez más avanzadas.

Aun así, Pepe advierte: "Detectar vida más allá del Sistema Solar ofrecería, en cierto modo, una información bastante limitada y no es suficiente. ¿Cómo se formó? ¿Cuáles son las condiciones que permiten su existencia? ¿Se trata de vida inteligente? ¿Puede comunicarse? Y sobre todo, ¿cuál es la condición de la Vía Láctea con respecto a los demás? La respuesta a estas cuestiones es lo que realmente queremos conocer".

Una supertierra sin superhombres
En el congreso se anunció la detección de CoRot-7b, la supertierra más pequeña conocida (cinco veces la Tierra). Pepe, coautor del hallazgo, explica que, por la cercanía del planeta a su estrella, se parece más a un infierno dantesco que a un planeta habitable. CoRot-7b enseña siempre la misma cara a la estrella, de modo que en el lado iluminado la temperatura es de 3.000 grados y de 200 bajo cero en sus antípodas. ?Podemos excluir, a priori, la posibilidad de hallar en esa supertierra rastros de un superhombre?, bromea.

Por: Carlo Ferri Fuente: Publico

Jan Tauber: "Europa está viajando en el tiempo para conocer el origen del Universo"

Jan Tauber es un hombre que mira al cielo con orgullo. Tras dedicarse durante más de dos décadas a diseñar la misión Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA), el pasado mes de mayo esta nave europea finalmente despegó con éxito para explorar los orígenes del Universo

Ahora, tras superar el momento crítico del lanzamiento, el científico espera ansioso los primeros resultados de esta ambiciosa aventura que pretende desentrañar las claves del nacimiento y la evolución del cosmos. La semana pasada, Tauber visitó España para presentar los objetivos de esta misión en un ciclo de conferencias sobre el proyecto espacial europeo organizadas por el Planetario de Madrid.

Pregunta.- La misión Planck se ha presentado como una de las misiones más importantes y ambiciosas de la ESA. ¿Por qué?

Respuesta.- Fundamentalmente porque el potencial de descubrimiento que tiene es muy alto para la cosmología, un campo que tiene un gran interés para toda la sociedad. Se trata de una misión que promete responder de forma definitiva a algunas de las preguntas cosmológicas más importantes.

P.- ¿Cuál sería su máxima aspiración como director científico de la misión?

R.- El objetivo más importante sería el descubrimiento de las ondas gravitacionales que teóricamente dejó la inflación [el periodo de rápida expansión que se produjo tras el Big Bang y dio lugar al Universo], una hipótesis que todavía no está demostrada, pero que concuerda con todas las observaciones que hemos realizado hasta ahora. Y uno de los pocos rastros que deja es el campo de ondas gravitacionales que, en principio, podremos detectar y medir con Planck. Si lo conseguimos, eso sería un descubrimiento fundamental para la cosmología, al confirmar la existencia de la inflación.

P.- Algunos lo han descrito como un viaje en el tiempo a los orígenes del cosmos. ¿Le parece correcta esta definición?

R.- Claro que sí, porque estamos observando un pasado muy lejano, así que puede decirse que con esta misión, Europa está viajando en el tiempo para conocer el origen de nuestro Universo.

P.- ¿Cómo va la misión? ¿Está funcionando todo como se esperaba?

R.- De momento todo ha salido estupendamente bien, incluso mejor de lo que esperábamos. Planck es un satélite de tecnología punta y hay elementos de riesgo en su diseño, como por ejemplo el sistema de refrigeración, que es extremadamente complejo. Pero por ahora, todo está funcionando perfectamente. El riesgo siempre existe, pero no hay ningún motivo para pensar que vamos a tener problemas en el futuro, así que estamos muy contentos.

P.- ¿Y cuándo llegarán los primeros resultados?

R.- Vamos a tener que ser pacientes, porque la naturaleza del proyecto supone que tenemos que recoger muchos datos antes de que podamos calibrarlos. Creo que tendremos que esperar un par de años hasta obtener los primeros resultados.

P.- ¿Qué les diría a los escépticos que consideran un gasto desorbitado invertir 1.800 millones de euros en una misión como ésta?

R.- Les plantearía si realmente no les interesan las preguntas fundamentales que nos hacemos como personas, y no sólo como científicos, sobre cuál es nuestro lugar en el Universo, de dónde venimos y porqué estamos aquí. Ésas son preguntas que todas las personas se hacen, y por lo tanto no sólo estamos haciendo ciencia fundamental, sino explorando cuestiones que conciernen a todo el mundo.

P.- Aparte de responder a estas preguntas fundamentales, ¿qué aplicaciones tecnológicas podrían salir de la misión?

R.- Planck es un satélite de vanguardia, con tecnologías muy innovadoras que podrían tener aplicaciones en la Tierra. Por ejemplo, hemos desarrollado detectores que tienen posibles aplicaciones en tecnologías de radar.

P.- ¿Cree que esta misión coloca a Europa en el liderazgo de la investigación cosmológica?

R.- Sin ninguna duda, en este momento somos líderes en la investigación del fondo cosmológico de microondas [el rastro dejado por el Big Bang]. Obviamente, Planck no es el único experimento en este terreno, pero es el proyecto más puntero.

P.- ¿Cree que la exploración científica del espacio puede dejarse en manos de sondas y robots, o considera que son necesarias las misiones tripuladas con astronautas?

R.- Mi opinión personal es que para hacer ciencia astronómica, no se necesitan astronautas, y la realidad es que nos ha ido muy bien con misiones no tripuladas.

P.- Pero entonces, ¿cree que merecería la pena enviar una misión tripulada a Marte, o sería un gasto totalmente innecesario?

R.- Desde el punto de vista estrictamente científico, no le veo gran valor a realizar un viaje tripulado a Marte. Sin embargo, como seres humanos, sentimos la necesidad de explorar, y por eso nos motiva desarrollar nuevas tecnologías para viajar a otros mundos.

P.- ¿Qué le parece la emergencia de nuevas potencias espaciales, como China e India?

R.- El panorama sin duda está cambiando, y a mí me parece muy positivo porque hay muchos proyectos que no podemos hacer solos y necesitamos colaboración internacional. Antes sólo podíamos colaborar con Estados Unidos, pero ahora tenemos un nuevo horizonte de cooperación con otras potencias.

Por: Pablo Jáuregui Fuente: EL MUNDO