miércoles, 21 de enero de 2009

El cambio climático durmió al oso cavernario herbívoro para siempre

Un grupo de científicos de Austria y Reino Unido han calculado que el gran oso cavernario Ursus spelaeus, que pobló una vez Europa, se extinguió hace 27.800 años, coincidiendo con el Último Máximo Glacial, un periodo clave de cambio climático

Durante este tiempo la temperatura disminuyó drásticamente, provocando el declive o la desaparición de vegetación de la que se alimentaban estas gigantescas criaturas.

La investigación recibió financiación comunitaria mediante el proyecto AlpiNet (Culture 2000) así como del «Fondo Cultural de Baja Austria» (Austria) y del «Consejo Nacional de Investigación del Entorno Natural» (Reino Unido). Se ha publicado un artículo sobre el estudio en la revista Boreas.

La desaparición de la vegetación provocó la desaparición del Ursus spelaeus, el primero de los grandes mamíferos en extinguirse, 13.000 años antes de lo que los científicos habían calculado en un principio. Además del oso cavernario, otros grandes mamíferos extinguidos fueron el león cavernario, el mamut lanudo y el ciervo gigante.

Se han encontrado múltiples restos de osos cavernarios en zonas en la que probablemente murieron durante el periodo de hibernación. Estos osos eran enormes, informan los investigadores, y los machos podían llegar a pesar hasta mil kilos. Los mayores osos actuales, el kodiak y el polar, pesan unos ochocientos kilos, mientras que el peso medio del resto de osos ronda los quinientos kilos.

Según el equipo de investigación, en la Edad Media los huesos del oso cavernario se utilizaban con fines medicinales. Durante ese periodo, la gente creía que los huesos pertenecían a dragones.

A lo largo de los años se han propuesto diversas teorías para explicar la extinción de los grandes mamíferos, pero no se han logrado resultados concretos. Muchos investigadores opinan que los grandes mamíferos desaparecieron de la faz de la Tierra debido a los humanos y a sus actividades cinegéticas.

No obstante, la Dra. Martina Pacher de la Universidad de Viena y el profesor Anthony J. Stuart del Museo Nacional de Historia del Reino Unido indican que, con respecto a los osos cavernarios, no hay pruebas que respalden estas teorías. Añadieron que la hipótesis de una enfermedad que afectara a estos mamíferos durante la hibernación «no explica el momento temporal en que ocurrieron las extinciones ni que sus tamaños corporales» fueran tan diferentes.

Para apoyar la idea del cambio climático, la Dra. Pacher combinó información actual y antigua de datación por radiocarbono procedente de restos de oso cavernario para construir una nueva cronología de la extinción del mismo.

«Nuestro trabajo muestra que este oso fue uno de los primeros en desaparecer entre toda la megafauna que se extinguió durante la última glaciación en Europa», explicó la Dra. Pacher. «Las extinciones posteriores ocurrieron en diferentes momentos durante los últimos 15.000 años.»

Los investigadores también descubrieron que los osos cavernarios eran herbívoros. Esta apreciación se basó en datos de la anatomía craneal, el colágeno óseo y la dentadura. En cuanto a su ubicación geográfica, el oso cavernario se encontraba únicamente en Europa, concretamente entre España y los Urales en Rusia.

«Su modo de vida, extremadamente singular, sobre todo en lo referente a una dieta de plantas de gran calidad, y su limitada distribución geográfica lo convirtieron en un animal vulnerable a la extinción a medida que el clima se enfrió y su fuente de alimentos fue quedando mermada», declaró la Dra. Pacher.

Para obtener más información, consulte:

AlpiNet:
http://www.archeoalpinet.eu/

Universidad de Viena:
http://www.univie.ac.at/

Museo Nacional de Historia:
http://www.nhm.ac.uk/

Fuente: CORDIS