La búsqueda de vida fuera del planeta Tierra ha sido uno de los más ambiciosos y enigmáticos objetivos científicos de la modernidad. Pero en los laboratorios, incluso en los de la NASA, la exploración se hace de una forma muy diferente a la que se nos muestra en las películas de ciencia ficción
Los viajes espaciales para enviar vehículos de exploración al planeta rojo pueden parecer complicados proyectos futuristas. Y lo son. Pero algunos de los principales descubrimientos científicos que se han hecho a través de ellos han ocurrido por motivos que lindan con lo cómico.
El vehículo Oportunity ya se había topado con la presencia de agua en la superficie marciana. Sin embargo, y por extraño que suene, la rotura de una de las ruedas de otro de los vehículos, llamado Spirit, obtuvo la confirmación que buscaban los científicos. Las imágenes, tomadas por la propia sonda, del surco que dejaba la rueda reventada en el suelo revelaron la presencia de sulfuros y silicatos. Y estos minerales tuvieron que ser depositados allí por agua caliente. De esta forma se evidenció la presencia del líquido esencial para los organismos vivos tal y como los conocemos en la Tierra y se abrió la puerta a la posibilidad de que Marte albergara alguna forma de vida.
El paso siguiente hacia el desubrimiento de vida extraterrestre lo dieron tres grupos diferentes de investigadores a través de datos ofrecidos por la sonda europea Mars Express. Pero en este caso la molécula clave era el metano.
Un nuevo paso hacia la vida marciana
Ahora, un equipo de científicos de la Nasa y de varias universidades estadounidenses documentan, gracias a datos obtenidos con tres potentes telescopios situados en Hawai y publicados en la revista 'Science', una gran liberación de gas metano ocurrida en el verano de 2003 en dos lugares concretos de la superficie de Marte.
El 90% del metano atmosférico de la Tierra lo producen los organismos vivos, pero el equilibrio de este gas se produce gracias a la geoquímica. Ambos podrían estar en el origen de esta gran formación de un gas extremadamente raro en el ambiente oxidante marciano.
Los datos recogidos por los autores revelan que el gas tiene una vida media de medio año marciano, algo más de un año terrestre. Un tiempo muy escaso, de forma que las emisiones se tienen que estar produciendo continuamente. Por ese motivo los científicos sólo barajan dos posibilidades que implican que la formación debe estar ocurriendo en la actualidad.
"Se trata de 19.000 toneladas metricas de gas. ¿De dónde viene todo este metano?", se pregunta el autor principal Michael J. Mumma en una conferencia de prensa ofrecida a través de NASA TV, "Una opción es que la actividad geológica en las profundidades de Marte lo este formando y se haya liberado aprovechando grietas en la roca y la otra es que provenga del metabolismo de organismos metanogénicos capaces de reducir carbono y producir metano".
Lo que demostraría que el llamado planeta muerto, por su escasa actividad geológica no lo sería tanto. "No lo sabemos con certeza. Pero el problema es que no parece que en Marte haya una temperatura suficiente como para generar tal actividad geológica", asegura Ricardo Amils, catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid. "De forma que es cierto que se abre una puerta a presencia de vida en Marte".
Por: Corral, Miguel G.
Fuente: El Mundo