El puente de hielo que mantenía la gran placa helada Wilkins unida a la península Antártica se ha roto. La fractura de esta pasarela, de unos 40 kilómetros de longitud y 500 metros de ancho en el punto más estrecho, parecía inminente, a la vista de las imágenes captadas desde el satélite europeo Envisat en los últimos días, y se registró el sábado pasado
"Es increíble como se ha partido el hielo del puente. Hace un par de días estaba intacto", ha comentado el glaciólogo británico David Vaughan, informa Reuters.
La placa Wilkins, que tiene ahora casi 11.000 kilómetros cuadrados (poco más que la provincia de Huelva) es una de las diez que en los últimos años se han fracturado o desprendido la zona península Antártica, donde el aumento de la temperatura es extraordinario (2,5 grados centígrados en medio siglo). En 1995 se fracturó la placa Larsen A, y en 2002, la Larsen B. Ambos procesos fueron seguidos por los especialistas con gran interés por la información que aportan acerca de los probables efectos del calentamiento global en continente blanco. "Creemos que el calentamiento de la península Antártica tiene que ver con el cambio climático, pero las relaciones de causa efecto no están completamente claras", dice Vaughan.
El rádar del Envisat, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), ha captado la abundancia de icebergs en la zona de la Wilkins, originados en las fracturas de la placa, donde antes estaba el puente helado. La placa ha estado unida a tierra firme durante miles de años y el puente medía unos 100 metros de ancho hace medio siglo. Ahora las corrientes oceánicas irán reduciendo la placa flotante liberada. "Seguramente se perderá más hielo, pero quedará un remanente en la zona sur", comenta Vaughan.
"En el último año, la placa Wilkins ha perdido una superficie de unos 1.800 kilómetros cuadrados, un 14% del total", informa la geofísica alemana Angelika Humbert, que vigila la evolución de la placa con los datos del satélite. En febrero del año pasado, al final del verano en el hemisferio Sur, se produjo una fractura importante que dejó el puente en situación muy frágil, continúa esta experta. En las últimas semanas se habían observado peligrosas rajas en el hielo.
Estas placas se forman en la Antártida a lo largo de miles de años por acumulación de nieve que se compacta. En la costa, el hielo se extiende sobre el agua formando esas gigantescas plataformas heladas flotantes. La Wilkins permaneció estable durante casi todo el siglo pasado y empezó a retroceder en los años noventa. Ahora ha quedado separada de tierra firme.
Además de las observaciones realizadas por satélites, han visitado la zona varios buques oceanográficos en los últimos meses, incluido el Hespérides español, que, al navegar por esas aguas este invierno (verano antártico), encontró abundantes icebergs desprendidos de la placa.
Por: Alicia Rivera Fuente: El País