viernes, 3 de julio de 2009

Aviones futuristas sin piloto


La feria aeronáutica de Le Bourget, clausurada ayer con exhibiciones acrobáticas, ha sugerido el ocaso, la extinción de los cazas. Tienen delante un horizonte despejado a medio plazo, pero la pujanza de los aviones sin piloto presupone que ha empezado a gestarse su desaparición


La prueba está en el espacio y el interés que suscitan las nuevas generaciones. Antes eran la extravagancia, la anécdota de Le Bourget. Ahora se han convertido en la referencia del porvenir. Tanto para las misiones militares como para operaciones sanitarias o de salvamento.

La sensibilidad a los aviones sin piloto -sin piloto a bordo- está relacionada con el ahorro de las vidas humanas, aunque buena parte de su reputación proviene de su desarrollo tecnológico y de sus superdotadas facultades.

Los hay que miden 35 metros, que vuelan a 20.000 metros, que transitan con una autonomía de hasta 36 horas. También comienzan a proliferar las 'criaturas' cuya capacidad de carga, en términos de bombas, de misiles y de munición convencional, duplica a la de los cazas habituales.

Sin olvidar que se conducen desde la distancia. Un avión puede bombardear las posiciones de los talibanes en Afganistán mientras el piloto se encuentra a salvo en cualquier base de Estados Unidos. Lo maneja en una suerte de simulador, aunque las operaciones son completamente reales.

"Los aviones sin piloto han sido nuestro gran hallazgo frente a los atentados suicidas", explica un ejecutivo anónimo de la compañía General Atomics. "Mientras los exaltados son capaces de inmolarse y de convertirse en bombas humanas, nuestra tecnología permite responderlos con misiones ejemplares y sin el menor coste de vidas. Es una nueva época en la industria militar".

Precios desorbitantes
Produce cierto escalofrío el testimonio, pero no le falta razón al visionario. De hecho, comienza a adquirir peso la hipótesis según la cual la industria aeronáutica europea no va a desarrollar un nuevo caza después del Eurofighter. Los aviones ya construidos volarán hasta que la salud se lo permita, pero no se vislumbra una nueva generación pilotada. El porvenir lo marcan lo modelos que han desfilado en el Salón de Le Bourget. Mucho más cerca de la realidad que de la ficción. Y, por la misma razón, sometidos a los desorbitantes desembolsos pecuniarios.

¿Ejemplos? Los modelos que Estados Unidos emplean en Afganistán redondean los 150 millones de euros. Comenzaron a desplegarse preliminarmente en 2002, y, desde entonces han ido ganando terreno. Hasta convertirse en el arma privilegiada de las misiones más difíciles.

Es el caso del Global Hawk. Tiene nombre de halcón y aspecto de saurio. Su envergadura alcanza los 35 metros y sus condiciones de vuelo son inasequibles para muchos competidores. Tanto por la altitud a la que pueden desplazarse (20.000 metros) como porque pueden recorrer hasta 20.000 kilómetros sin necesidad de repostar el combustible.

Es una de las joyas de la industria americana, pero no la única. General Atomics ha enseñado en Le Bourget los colmillos del Predator y del Reaper. Los primeros reciclan los misiles de los helicópteros Apache pero son inalcanzables desde las posiciones terrestres, mientras que los segundos vuelan igual de noche que de día, tiene una capacidad de carga de 14 misiles -el doble que un 'Rafale francés- y los 'arroja' mediante láser o GPS.

Europa se ha percibido del retraso, de modo que el consorcio aeronáutico EADS, titular de Airbus y de Airbus Military, trata de actualizarse con un birreactor de siete toneladas que estaría operativo en 2015. España podría hacerse con nueve aparatos, mientras que otros países involucrados en el proyecto se previenen del retraso comprando en ultramar.

Por: Rubén Amón Fuente: El Mundo